mar
2012
El Método Schmidt
Como amantes de la gastronomía, resulta muy difícil encontrar un lugar que te sorprenda realmente. ¿Acaso no está ya todo inventado? Locales más o menos lujosos, con mejores vistas, atención más cuidada o más arriesgados a la hora de innovar con la comida. Cualquiera puede dar de comer con mayor o menor dedicación y gusto; del mismo modo que cualquiera puede ponerse a escribir en internet sobre asuntos que desconoce y presentar una opinión pobre con un estilo pésimo. Lo difícil, hoy en día, es sorprender de verdad. Y es lo que Joaquín Schmidt ha conseguido en su restaurante.
Una cena de amigos
Lo que este cocinero nos ofrece es una propuesta original y arriesgada. Como él mismo reconoce, mi filosofía es cocinar cada día para treinta amigos. Y así lo hace, con todas sus consecuencias.
Para empezar, sólo treinta. El restaurante no admite más comensales. Y no hay turnos. ¿O en una cena de amigos se recoge la mesa enseguida para albergar a otros invitados? Como un buen anfitrión, él mismo nos recibe cuando llamamos a su puerta, literalmente, y nos acomoda a su mesa. En Joaquín Schmidt no hay una carta al uso, sólo nos pregunta cuánto queremos comer, dándonos a elegir entre tres cantidades (confianza, gourmand y Joaquín Schmidt) y si hay algún ingrediente que no nos gusta o preferimos evitar por cualquier circunstancia. Del resto se ocupa él, recorriendo los mercados de Valencia para encontrar las mejores y más frescas materias primas del día y combinarlas de una forma innovadora y original. No existe un menú predefinido, sino que varía en función de las estaciones, ofreciendo así la máxima calidad. Y como cuando nos invitan a una cena, no elegimos los platos ni se nos comunica con antelación lo que vamos a tomar, es todo una sorpresa. Recibidos con un buen aperitivo, los platos van saliendo en estricto orden y a su tiempo, un plato por vez. Joaquín se nos acerca y nos explica cómo degustarlo, ya que se trata de platos muy elaborados y complejos, donde el juego de texturas y la secuencia de sabores priman; pero no nos dice qué es ni los ingredientes hasta que no hemos terminado con él. Entonces se inicia una conversación acerca de la elaboración y los ingredientes que complementan la comida, como la conversación sobre la misma acompaña una cena familiar.
Como muestra, un botón
El restaurante no se apoya sólo en la originalidad de su planteamiento y el cuidado de los detalles, sino que nos ofrece una cocina de mucha calidad y utiliza técnicas propias de la cocina de innovación.
Nos ofrece platos elaborados con esferificaciones, perfectamente conjugados entre huevas de caviar y huevas de frambuesa o huevas de salmón y huevas de yuzú.
No deja de sorprendernos cuando nos presenta un Martini blanco con berberechos, todo ello junto en una misma copa gelatinizada.
Y una autentica espuma de bacalao al pil-pil que hizo las delicias de los todos los comensales allí presentes.
Con todo esto, no pudo faltar un delicioso postre explosivo, cargado de peta zetas y lacasitos como broche final a una cena espectacular.
Estos solo son algunos de los plato que pudimos degustar, en un lugar donde no para de volar tu imaginación por la impresionante presentación de los mismos y descubrir lo que tomas en cada momento.
Desde luego es toda una experiencia.
Surtido de experiencias
En Joaquín Schmidt el ambiente se funde con la comida para crear la experiencia. La cuidada selección musical potencia los sentidos y se nos ofrece al usar vinilos con las mismas como salvamanteles. Los cuadros dibujados ex profeso, la decoración y el pequeño patio interior de estilo contemporáneo hacen que la experiencia que se nos ofrece sea completa. Joaquín está abonado a eso de ofrecer nuevas experiencias a los comensales, pues colabora en la organización de las Cenas de los Sentidos en la que 12 comensales cenan rodeados de un escenario de luz, fuego, música, etc con los ojos vendados, lo que potencia intensamente sentidos como el tacto o el olfato y por supuesto el gusto, tan importantes a la hora de disfrutar de la comida pero que, en muchas ocasiones quedan relegados a un segundo plano. En definitiva, Joaquín Schmidt ofrece experiencias gastronómicas inolvidables para quienes quieran ser sus comensales en un ambiente en que la cocina se vuelve arte.
2.0 Surfer